“Aviso: aunque de momento se queda así, esta casa no está terminada.”
Viendo las fotos de nuestro último trabajo para Can Monroig, me pregunto si la esencia de las casas no estará aquí, en este momento “inacabado”, antes de que nuestros propios gustos, las modas, y las últimas tendencias entren por la puerta.
Entrada
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Está claro que nos gustaría empezar un proyecto de restauración retirando los escombros y acabar colocando en las ventanas unas bonitas cortinas de lino tejido a mano -es un decir-, pero no siempre es así y hay que tener un poco de paciencia. Como dicen en Mallorca: “Poc a poc”. >Las casas antiguas exigen tiempo, tiempo para restaurarlas en la misma filosofía con la que se construyeron en su momento; tiempo para sentirlas y decidir qué vida queremos llevar en ellas.
Y ahora que se habla tanto de la filosofía slow o actitud lenta, me gustaría introducir un nuevo término -o no tan nuevo- como es el slow building movement o construcción lenta.
Abriendo portales
El arquitecto chino Wang Shu galardonado en el año 2012 con el premio Pritzker, considerado el Nobel de la Arquitectura, por una obra artesanal, respetuosa con el medio ambiente y de gran profundidad filosófica, en la que conviven de forma armoniosa tradición y modernidad, es uno de los más reconocidos defensores del slow build o construcción lenta.
“Este urbanismo -refiriéndose a China-, como el del resto del mundo, requiere estar en armonía con la cultura y las necesidades locales, debe compatibilizar sus tradiciones y su pasado con las exigencias de un desarrollo sostenible”
Defensor de los materiales artesanales y tradicionales, Wang ha crecido en una ciudad que ha visto destruir el 90% de su arquitectura tradicional en sólo 30 años con el rápido desarrollo económico, como recordaba en Le Courrier de l’Architecte en París. Wang, que encuentra su mayor placer trabajando como un artesano o un amateur, es partidario de la slow-build (la construcción lenta).
Construyendo paredes a doble cara de piedra montada con mortero de cal.
Pared antigua con importantes grietas y desintegración del mortero
la restauración consistió en consolidar el interior de la pared, rellenar las grietas y reintegrar el mortero exterior.
Evidentemente este trabajo ha llevado bastante tiempo pero hemos conseguido mantener el muro antiguo y su aspecto original.
“Promoting gradual processes in the building industry can be likened to applying the principles of the slow food movement to construction and development. Reviewing the slow foof movement history highlights some appealing parallels to how we could approach development in a similar fashion: “Slow food was created in response to the increasing industrialization of food and standardizing of taste. Carlo Petrini recognized that with the rise of fast food, thousands of food varieties and food traditions were disappearing, and that people were losing the connection between the plate and the planet. To counter the fast food trend, slow food aimed to demosntrate alternatives to industrial food and farming, to raise awareness of how our food impacts the environment, and to support the workers who produce our food.” In the way that slow food seeks to elevate individuality in the dining experience, a slow building movement could celebrate the quality generated from rehabilitating vernacular architecture (…) The slow building movement focuses on creating designs that are appropiate for a given bioregion, taking into account climate, natural resources, local economies, indigenous building styles, and cultural values. It is opposed to the widespread internationalization of buildings, which makes it impossible to tell what climate or country a building represents because most office buildings tend to look (and function) alike, anywhere in the worl. The slow building revolution looks down the design process in favor a sustainable design approach that takes more into account than just design program objectives, budget, and schedule (…) I would propose that a slow building movement incorporate a few other key principles: 1) advocating for a strong tie between the end product -the renovation of a building- and precedent, and 2) making sound choices with existing buildings so that we create thoughtful, profitable, lasting high-quality structures in which to live and work. After all, is that not a shared goal across all industries? ” The Slow Building Movement” by Stephanie Allewalt
Fachada de una casa mallorquina, antes de restaurar.
La misma fachada tras la apertura de tres ventanas nuevas.
En Can Monroig somos partidarios de la Construcción lenta, pensada, sentida; que rinde homenaje a los valores del pasado, a la construcción que respeta el entorno y los materiales autóctonos; que prioriza la restauración, sobre la construcción nueva y persigue la salud y el bienestar de sus habitantes o la defensa del medioamiente.
Casa inacabada
Y volviendo al principio, esta casa no está terminada, tampoco tiene fecha de finalización, pero mientras tanto, en espera de ser terminada y habitada, su interior transmite su pura esencia.
casa inacabada
Como escribió nuestro amigo Ariel Mastandrea a raiz de la publicación de las fotos de la casa en facebook bajo el encabezado de “casa inacabada”:
“Es el concepto japonés del Wabi Sabi. A grandes rasgos, ocupa la misma posición en el panteón japonés de los valores estéticos que los ideales griegos de belleza en Occidente. Representa exactamente lo opuesto a los ideales occidentales de gran belleza como algo monumental, espectacular y duradero. No se encuentra en momentos de eclosión y exuberancia de la naturaleza, sino en momentos de asentamiento y principio. El wabi sabi no trata de flores maravillosas, árboles majestuosos o escarpados paisajes. Es lo intrascendente y lo oculto, lo provisional y lo efímero: cosas tan sutiles y evanescentes que resultan invisibles para la mirada ordinaria.
Las cosas wabi sabi son expresiones del tiempo congelado. Están hechas de materiales que son visiblemente vulnerables a los efectos del tiempo y del trato humano. Registran el sol, el viento, la lluvia, el calor y el frío en un lenguaje de decoloración, óxido, deslustre, manchas, torsión, contracción, marchitamiento y grietas. Las cosas wabi sabi se aprecian sólo mediante el uso y el contacto directo; nunca se encierran en un museo. Tienen una cualidad vaga, desdibujada o atenuada, tal como les pasa a las cosas cuando se acercan a la nada o provienen de ella.
El inestimable contenido debe permanecer ahí de forma completamente auténtica, debe estar como si no estuviera; más bien, debería ser descubierto accidentalmente. En principio no se sospecha de la presencia de nada extraordinario, sin embargo, detrás de un examen más atento, una mina de oro auténtico brilla de forma inesperada. Pero el oro en sí mismo permanece siempre idéntico, se le haya descubierto o no. Retiene su realidad, esto es, su autenticidad para sí mismo, indiferente a las circunstancias.
El wabi sabi es una apreciación estética de la evanescencia de la vida. Las imágenes wabi sabi nos obligan a contemplar nuestra propia mortalidad y evocan una soledad existencial y una delicada tristeza. También provocan un alivio agridulce, ya que sabemos que toda existencia comparte el mismo destino.
El estado mental wabi sabi se comunica a menudo a través de la poesía. Rikyu utilizó este poema de Fujiwara no Teika, poeta japonés del siglo XII, para describir el estado de ánimo wabi sabi:
Alrededor, ninguna planta en flor
ningún destello de las hojas de arce,
únicamente una solitaria choza de pescador
en la orilla a media luz
de este principio de otoño. “
Texto Marie-Noëlle Ginard Féron, fotos Robert López Hinton, enero 2015
Para saber más sobre la restauración de esta casa: “Restauración de una casa tradicional mallorquina”