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Desordenado blog /una casa de mujeres

Foto de Robert López“Cuatro generaciones de mujeres viviendo juntas en la misma casa”

DECLARACIÓN: no me gustan las casas impersonales y no concibo que la gente pueda vivir en casas prefabricadas , casas de catálogo o casas falsamente minimalistas. Aunque me gustan muchas de las que aparecen en las revistas, no acabo de creérmelas; tanto diseño, tanta firma, todo tan colocado, tan perfectas… Dicho esto y suponiendo que una buena parte de vosotros ha dejado de leerme, continúo: porque a partir de ahora quiero hablar de las casas que me sorprenden, esas casas diferentes y personales, que hablan de sus habitantes, de su vida, de su historia, casas que a menudo están algo abarrotadas y porqué no decirlo, desordenadas. Casas de amigos y conocidos, anónimos, artistas sin renombre, anticuarios, payeses, outsiders, extravagantes y bohemios. 

Esto es Desordenado_blog y nuestras primeras invitadas son Chris Bartels, su madre Hanna, sus hijas Ana y Simona y su nieta Judith, una familia de origen alemán que vive en la Mallorca interior.

Casa de mujeres

Judith, Chris, Simona, Hanna, Ana y Noëlle

Cuando Chris llegó a Mallorca en los años setenta para pasar unos días de vacaciones acompañada de unos amigos,  la imagen que por entonces tenía de la isla no era demasiado buena, pero ocurrió que al llegar al puerto de Palma el olor a salitre del mar le causó tal efecto que quedó prendada del lugar. Al poco compró con Bert, su pareja, una pequeña casa payesa cerca de Sineu.

casa payesa en Sineu

El jardín

El invierno de 1978 Chris y Bert fueron a vivir allí aunque la casa estaba prácticamente en ruinas, los primeros meses durmieron en sacos de dormir, acurrucados junto al hogar de la vieja cocina que no tenía ni techo.

Rivell en la cocina

La antigua cocina

La antigua cocina hoy restaurada

Sin ninguna experiencia previa restauraron ellos mismos la casa siguiendo los consejos de un viejo albañil del pueblo, reconstruyeron el techo, los forjados, arreglaron las paredes caídas, incluso abrieron un camino desde la casa hasta la carretera principal; se lavaban con una regadera y como no tenían electricidad, usaban lámparas de petróleo y cocinaban en un camping gas.
En el 1980 nació su hija Anna y al año siguiente Simona, que compartieron con sus padres una vida poco convencional y alternativa, sin luz eléctrica, televisión o lavadora. “Niñas que jugaban con ramitas y flores” -como diría un amigo de la familia-  mientras ayudaban a su padre a reconstruir las viejas paredes de la casa.

Chris y sus hijas

Chris y sus hijas Ana y Simona

Llegaron a  colgar un letrero en la entrada del camino donde anunciaban en alemán que vendían huevos frescos, algunos compatriotas se acercaban a charlar y a tomar el té, pero poco más.
A mediados de los ochenta Chris empezó a vender antigüedades, primero en el rastro de Inca, más tarde en el de Palma.
A primera vista Chris no encajaba demasiado en aquel ambiente, era alemana y tenía una distinción y elegancia poco habituales para aquel momento y lugar.

imagen del rastro de Palma

Rastro de Palma 1993

Creo que fue en 1993 cuando la conocimos; por entonces Robert y yo vivíamos en Palma y como buenos aprendices de anticuarios que éramos entonces, los sábados por la mañana íbamos al rastro.
Recuerdo haberle comprado un telar manual y unos años después encontrarla de nuevo en Sineu donde ella había abierto una pequeña y coqueta tienda de antigüedades “Antik & Deco”, incluso haberle comprado un lote de lana de colores increíbles que procedían de la desaparecida fábrica de alfombras del pueblo.

Dormitorio de la casa

Rincón del dormitorio de Chris

Con los años Chris se ha convertido en una de las anticuarias de referencia de la isla, Los miércoles de mercado abre su tienda en Sineu, los domingos la encontramos en el rastro de Consell, participa en ferias anuales de antigüedades, viaja regularmente a Francia y Alemania en busca de mobiliario y antigüedades únicas.

En su casa combina a la perfección objetos nórdicos, muebles de jardín franceses, materiales como el zinc, telas, libros, cerámica, tallas barrocas, muñecas o pintura antigua con la construcción auténtica mallorquina, que ha sabido respetar y mantener, como el hogar de la vieja cocina, el encalado de las paredes o el suelo de “trespol” mallorquín de cal y guijarros.


puerta de la casa

 Puerta típica mallorquina con toque alemán

Los gatos, los otros habitantes de la casa

Algunos vecinos curiosos


Comedor

La noche de  Navidad iluminan la casa solo con velas, esta foto está tomada en un día
cualquiera 
al atardecer, así que imaginaros cómo debe lucir en nochebuena.

Interior de uno de los dormitorios

El dormitorio de Chris, libros, libros y más libros…y una luz preciosa que entra por la
ventana al atardecer

Un interior vivido, algo barroco, un poco loco, intencionadamente desordenado, en una construcción sencilla y austera como es la casa payesa mallorquina.
Definitivamente me encanta y sin duda es el reflejo de la vida que Chris llevó durante años con Bert y que ahora continúa con sus hijas, su madre y su nieta.

Detalle

Guantes de boxeo



Chris y Noëlle

Simona, Noëlle y Chris haciendo magia

Finalmente me quedo con la reflexión de Chris acerca de los años vividos en esta casa junto a su marido Bert, cuando sus hijas eran pequeñas, estaban reconstruyendo la casa y al mismo tiempo luchando para vivir en una Mallorca que no siempre es el paraíso soñado:“fueron unos años muy duros pero los más felices de mi vida”

Quizás esto mismo quiso decir Mascha Kalenko en su poema:

 “Desde esta tierra extrema yo te escribo/ a la sombra de un árbol que ayer aún no estaba/ pues aquí crece todo de repente. /Apenas surge un plan, ya se ha cumplido. / Demasiado vehemente es nuestra tierra. / Yo no sé bien si tú podrías adaptarte a este clima, / admito que yo misma con frecuencia lo temo. / Quema el sol / como cólera encendida, / y él madura el grano, tuesta el grano / a su gusto. No puede una fiarse: / hoy representa amor, mañana odio. / A partir de una nada, de una fuente, /nace de pronto un río que veloz / inunda el campo todo entero / y de nuevo decrece en un instante. / Aquello que deseas se cumple sin demora, / pues los deseos tienen un poder evidente / -no deseo maldades, menos mal, / se metería una sino en un mar de sangre”

texto: Marie-Noëlle Ginard Féron, septiembre 2016
Fotos: Robert López Hinton

 

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