De la casa de Can Lluïsso vell nos quedamos con el baño en planta baja. Era la vieja pocilga con techo bajo, paredes de piedra y tierra; se adivinaban los restos de un antiguo forjado de caña muy habitual en las dependencias más austeras de las casas payesas mallorquinas o en lo que en Mallorca llamamos “La sala”, desván situado en la última planta donde se guardaban los tomates secos, patatas, hortalizas, se colgaban las sobrasadas o almacenaban conservas.
Reconstruimos esta caseta de piedra para convertirla en un cuarto de baño recuperando materiales procedentes de la obra como piedras o tierra; un artesano local nos suministró cañas cortadas a luna de enero, lo que asegura su conservación a largo plazo, con las que realizamos el forjado de la cubierta. Las paredes y los suelos están realizados con la técnica del tadelakt en color siena para mantener el ambiente original. El lavabo de cerámica es de un artesano de la isla.
Podemos decir que la restauración de la antigua pocilga es construcción Km0, algo que habitualmente es difícil de conseguir.
Toda la casa se ha rehabilitado usando materiales naturales y tradicionales, siempre buscando recuperar su esencia. Buen ejemplo de ello son las fachadas que se han reintegrado igualando los paños originales que se mantenían en buen estado, analizando materiales y colores hasta conseguir una apariencia respetuosa con la construcción antigua y su entorno.
Antes
Durante la restauración
Después de la restauración